Cada día empieza algo nuevo y termina algo viejo. Como todo, la vida evoluciona y según lo que hagamos generamos esas condiciones para que el futuro inmediato y no tan inmediato sea de una manera u otra.
En este último programa Valenta de la temporada 2020-2021, vale la pena recordar que la vida sigue y que ahora estamos viviendo lo que hemos (o han generado otros) en un pasado reciente y no tan reciente; y lo hacemos hoy, determina lo que pasará mañana.
El deporte femenino en general y el fútbol femenino en particular, su visibilidad y desarrollo, se nutre de aquello que se ha hecho en el pasado. Por todo eso, está mucho más presente en los medios de comunicación, las condiciones de la práctica del deporte femenino es cada vez mejor y la calidad es cada vez más valorada por espectadores, patrocinadores y demás.
Cabe destacar en este sentido el programa Valenta impulsado por la Federació de Fútbol de la Comunitat Valenciana, que ha impulsado el desarrollo de las mujeres de todas las edades en el denominado deporte rey. Acciones de este tipo, marcan la diferencia en el presente, y sobre todo en el futuro.
Y lo que viene. Se ha hecho mucho, y se va a hacer mucho. Porque gente con ganas y buen criterio está ahí para fomentar que cualquier persona, cualquier mujer, pueda disfrutar en todos los sentidos, de su deporte favorito.
Me gustaría, en esta rúbrica, mandar un fuerte abrazo a una futbolista del Levante, una psicóloga con muchas ganas, formación y coherencia, que acaba de ser operada por tercera vez de su rodilla, contratiempo que superará con la misma solvencia que lo ha hecho en anteriores ocasiones. Porque el deporte tiene cosas buenas y también malas, como todo en la vida; aunque según cómo manejemos todo lo que ocurre, las cosas serán de una manera u otra; gran parte de eso depende de cada uno de nosotros.
Hoy termina otra temporada Valenta. Se ha hecho mucho por el deporte femenino. Y visto lo visto, se seguirá haciendo. Por el bien de todos. Porque cada día termina algo viejo, y empieza algo nuevo. La temporada que viene, más.
Un abrazo, y seguimos en la brecha.