Rueda el balón. Otra vez. La Champions. La Liga. La selección. El fútbol regional. El Fútbol base. El fútbol de calle… y todos esos otros deportes que también existen, que cada vez más existen a ojos de todo el mundo.
Todo vuelve, y con ello la pasión de practicar un deporte, de ver cómo se practica un deporte, de formarse a través del deporte… de técnicos, dirigentes, árbitros (y cada vez más árbitras), madres, padres y otros familiares… hinchas… todo eso que se mueve a través del deporte y que puede significar una experiencia fantástica, ilusionante, apasionante.
El deporte tiene unos componentes que lo hacen único, que, además de ser fuente de salud si se practica correctamente, es un magnífico medio para el desarrollo personal en todas las edades. Y como espectáculo… ese gran medio en el que dos equipos, o diversos competidores, luchan para vencer, o para superarse, o para disfrutar a través de un reto ilusionante.
Todo eso, en muchos deportes, empieza casi a la vez que el curso académico, casi como si se tuviera que aprender algo, y después evaluarlo… aunque no es del todo así.
El deporte es esfuerzo, es pasión, es emoción, superación, espectáculo, tiempo para estar en familia, para almorzar con los amigos, para disfrutar… es eso, o debería ser así en todos los casos.
Y el deporte es deporte. No es ni de hombres ni de mujeres, de niños o de niñas. Es de todos y de todas. DEPORTE, con mayúsculas. Para todas las personas. Disfrutémoslo.