Artículo enviado por Alfredo Gil en julio de 2008
SELECCIÓN ESPAÑOLA DE FÚTBOL
Según Perrone un sistema de creencias es más que un modelo del mundo ya que supone haber integrado en tu mapa un orden del mundo establecido por generaciones anteriores y que por otra parte, es compatible con tu propia clave o identidad personal. Los sistemas de juego en el Fútbol son muy parecidos ya que necesitan integrar en ese estilo todos los sistemas de creencias de los jugadores. Digamos que para que un estilo de juego funcione ha de ser coherente con la identidad de cada jugador y ha de ser consensuado por todo el equipo, afición, organización y prensa.
No es extraño entonces que después del éxito cosechado por la selección nacional de fútbol en esta Eurocopa, muchos elogios se los haya llevado Luis Aragonés. Luis ha demostrado ser un gran conocedor de la psicología de grupo. Ha entendido que no había que imponer un estilo de juego antes de convocar a los jugadores sino al contrario, se preguntó: haciendo qué son mejores estos jugadores y qué estilo de juego hace que su identidad se exprese a la máxima potencia.
Los sistemas de creencias nacen de conceder a todo lo que uno percibe un sentido y un valor para edificar tu propio mundo. Cuando realizamos este ordenamiento de lo percibido también asignamos un valor singular a cada cosa. En palabras de Perrone: “el hombre, a través de sus receptores sensitivos, recoge informaciones sobre sí mismo y sobre su entorno. Después procede a decodificar tales informaciones asignándoles un valor arbitrario”, diremos entonces que el ser humano construye el mundo que le conviene generando una realidad que hará suya y que más tarde deberá compartir con el grupo. Es esta coherencia entre los sistemas de creencias individuales de cada jugador lo que hace que un grupo sea adaptativo, funcione, compita, genere confianza y evolucione hacia algo más grande.
Aún es pronto para medir el calado que esta victoria europea ha generado en la mitología futbolística nacional. Lo que si que parece claro es que la selección de fútbol absoluta ha conseguido al fin, ser coherente después de un proceso muy largo de acomodación y desencuentros, y que por supuesto ha inaugurado un nuevo estilo de juego afín a los jugadores seleccionados desembocando en una mayor cohesión, cooperación, confianza y trabajo, valores que, dicho sea de paso, son un buen espejo donde mirarse las selecciones nacionales de fútbol venideras.
Alfredo J. Gil Sánchez
Psicólogo del Deporte